jueves, 21 de noviembre de 2013

INMIGRACIÓN









             La canción de Joan Manuel Serrat “Disculpe el señor” y el poema “No me llames extranjero” de Rafael Amor tratan de la inmigración.

             Serrat cuenta la información que le presenta un mayordomo a su señor que preguntan por él en el recibidor. Explica que son pobres que reclaman algo que les pertenece. Da a entender con alfombras de lana y con elefantes de ébano que se refiere a marroquíes y a africanos. Esto quiere decir que en un pasado, los países ricos utilizaron toda la materia prima de los países pobres y que los dejaron prácticamente sin nada. Por esa razón vienen a nuestros países en busca de trabajo o una simple mejora de sus pobres vidas; ya que, allí la vida es realmente mala.

             Por otra parte, el poema de Rafael Amor trata de la palabra “extranjero”. Por el simple hecho de que alguien emigra a un lugar diferente del que nació, ya se le llama extranjero. Explica que es injusto esta palabra que han creado los políticos, que son los verdaderos culpables de los desastres que están ocurriendo actualmente. Todos somos iguales. Recita muchas igualdades entre nosotros y las personas que emigran, y que sólo nos divide una desagradable palabra: extranjero.

             A todo esto le añadimos el catástrofe que ha ocurrido hace 1 semana en la isla de Lampedusa. Hay personas que cobran muchísimo dinero por prometer a gente inocente de los países pobres la buena vida que pueden tener en nuestros países. Les ofrecen una simple barca para cruzar el mar. Es una acción muy peligrosa y llegan vivos muy pocos. El desafortunado naufragio de Lampedusa se debió al hundimiento de una barca donde al parecer había 300 personas aproximadamente. Por lo visto, encendieron una especie de hoguera y esta se propagó por el barco hasta hundirlo. Las primeras investigaciones apuntaron a que el incendio pudo deberse a un cortocircuito pero parece que fue provocado por los náufragos para llamar la atención de los barcos de la zona. Ya han sumado 200 cadáveres encontrados.

             En mi opinión, somos nosotros los que debemos recapacitar y reflexionar sobre este tema muy seriamente; ya que, nuestros políticos y gobiernos no hacen nada para remediar este problema. Ellos se limpian sus manos y hacen como los que no saben nada. Pero esto debe acabar ya, porque estamos explotando a personas que son iguales que nosotros. Debemos tener empatía con ellos y ponernos en sus lugares. Imaginarnos si algún familiar nuestro fuera el que tuviera que viajar a otro sitio para mejorar su vida no nos gustaría nada que le llamasen extranjero o que muriera en el intento; o pensar que podríamos ser nosotros mismos.





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